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Chiste de la influenza

•Estaban un oso, un león y un puerquito platicando…

El oso comenta:

— Yo sólo necesito rugir para hacer temblar a todo el bosque.

El león, que no se quería quedar atrás, responde:

— Pues yo también sólo necesito rugir y toda la selva tiembla y se esconden en sus guaridas.

Y el puerquito muy sonriente los veía y les dice:

— Jajaja par de novatos, aprendan a mí, que basta con que tosa y todo el mundo se muere de miedo.

1 comentarios:

Rafael Osorio Simpe

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